#ElPerúQueQueremos

Rodrigo Fresán reseña “Joseph Anton” de Salman Rushdie

Publicado: 2012-10-03

Las tan esperadas memorias de la fatwa de Salman Rushdie, Joseph Anton, que ha publicado en castellano Mondadori y que han sido el gran ingreso editorial anglosajón de setiembre, ya tiene reseñador. Ni más ni menos que Rodrigo Fresán. ¿Creían que Fresán no podía ser más superlativo en el elogio? Pues se equivocaron, siempre puede superarse. A ver, lean esto: “Nos hace mucha falta un fiel creyente en la literatura como Salman Rushdie, alguien que escribe como los dioses, como Dios, sea quien sea, da igual.” Ni más ni menos.

Dice la reseña:

(…) resulta admirable en Joseph Anton –escrita a lo largo de dos años y medio a partir de apuntes y editada simultáneamente en veintisiete países con medidas de seguridad/confidencialidad dignas del retorno de Harry Potter– el comprobar cómo Rushdie parece pasar por todos los stages de un videogame dantesco, purgando una condena absurda hasta alcanzar la sabia calma y el resignado cansancio de un cielo merecido, aunque permanezcan en él nubes y truenos y rayos. Antes de ello, a su alrededor, el infierno: sus matrimonios se derrumban una y otra vez (son particularmente duros los pasajes dedicados a su segunda ex, la escritora Marianne Wiggins), se sufre la ausencia de un hijo, editores y traductores de su novela son heridos o asesinados, algunos amigos desaparecen o dejan de serlo, los periodistas lo critican por meterse en problemas, y los políticos laboristas y conservadores se preguntan si tiene sentido seguir pagando por su seguridad mientras Los versos satánicos se convierte en best-seller mundial superando las ventas de Danielle Steel.

(…)

Joseph Anton no se limita a lo autobiográfico (que incluye los inicios de Rushdie y un tan implacable como sentido retrato de sus padres) y funciona también como un deslumbrante journal de trabajo (particularmente interesantes son los tramos que dedica a la creación de Hijos de la medianoche y, por supuesto, Los versos satánicos y la entrañable y prisionera Harún y el mar de las historias y la profética y cautiva Furia) y programa de lecturas y relecturas (El agente confidencial, La pequeña Dorrit, Herzog, Breve historia del tiempo) para no perder la razón o el coraje.

Tal vez de ahí y por eso, que Rushdie tome desde la primera línea una decisión trascendente: el verse y recrearse –como se ha citado más arriba– en tercera y no en primera persona; permitiendo que el nombre del autor sea abducido por el nombre del personaje y así construirse a sí mismo hasta el más mínimo detalle y pensamiento y palabra sin caer “en revanchas o confesiones o diatribas”. Lo que no le priva de arrojar dardos –por, según él, no haber estado a la altura de las circunstancias– a figuras como Peter Mayer, Robert Gottlieb, John Berger, Arundhati Roy, John Le Carré, James Wood, Germaine Greer y siguen las firmas.

Las últimas páginas de Joseph Anton –acaso el mejor manual de autoayuda para uso de una sola persona– coinciden con el 11 de septiembre de 2001 y la tragedia individual resulta ahogada por la tragedia colectiva. Entonces Rushdie entierra a Joseph Anton y –con modales de Odiseo de regreso a Itaca o de una Dorothy de vuelta en Kansas en su admirada El mago de Oz–- para un taxi a las puertas de un hotel de Londres para volver a casa.

Leer más


Escrito por

Iván Thays

Escritor peruano. Autor de las novelas "El viaje interior, "La disciplina de la vanidad" y "Un lugar llamado Oreja de perro".


Publicado en

Moleskine Literario

Blog de noticias literarias y talleres on-line de escritura para escritores y ejecutivos.