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Tolstoi vs el premio Nobel

Publicado: 2012-05-10

León Tolstoi

En un interesante artículo de Gabriel Zaid, aparecido en Letras Libres, dedicado a comentar los premios literarios en general y el premio Xavier Villaurrutia en particular (y más concreto aún, el desajuste que significó para Zaid que se lo dieran a Sealtiel Alatriste) encuentro este comentario extraordinario sobre la relación de León Tolstoi y el premio Nobel que jamás recibió:

Hay quienes piensan que los premios deberían suprimirse porque están amañados y, aunque no lo estén, son inciertos como indicadores de excelencia. La lista de premiados y no premiados con el Nobel de literatura parece darles la razón. No se puede decir que el primero (Sully Prudhomme, 1901) y el primero de lengua española (José Echegaray, 1904) sean mejores que Tolstói, Proust, Kafka o Borges, que no fueron premiados.

Kjell Espmark, que presidió el jurado de 1988 a 2005, trata de explicar lo que sucede en El Premio Nobel de Literatura: Cien años con la misión, y destaca el problema de la claridad. El mandato escrito por Alfred Nobel para los cinco premios anuales pedía el galardón para quienes hubiesen “llevado a cabo el mayor servicio a la humanidad” en el año anterior; y, en el caso de la literatura, para quien “haya producido lo mejor en sentido ideal”. A partir de esta vaguedad, ¿cómo proceder?

Se comprende que algunos miembros de la Academia sueca propusieran rechazar la encomienda. Convertirse en tribunal de lo mejor en el planeta era ajeno a su misión y superior a sus fuerzas. Estaban dedicados a cuidar el sueco: preparar diccionarios y editar a sus clásicos. (Curiosamente, ni Espmark ni la página oficial de la Academia mencionan que el primer proyecto de estatutos fue encargado a Descartes por Cristina de Suecia, que quería hacer de Estocolmo una Atenas del Norte.)

Nadie propuso a Tolstói para inaugurar el premio de literatura; y, cuando se supo que el honor había sido para Prudhomme, se armó un escándalo. Docenas de escritores suecos protestaron en una carta pública a Tolstói, “venerado patriarca de la literatura contemporánea”. Tolstói la agradeció, aunque en la respuesta dijo también estar contento: se salvó de un dinero que “no puede hacer otra cosa que daño”. La respuesta sirvió para que el año siguiente, cuando sí fue presentado, tampoco fuera premiado. Todavía en 1905, hubo un dictamen (encontrado por Espmark en los archivos) donde se condenaba La guerra y la paz por atribuir “al ciego azar un papel tan decisivo en grandes acontecimientos de la historia mundial”.


Escrito por

Iván Thays

Escritor peruano. Autor de las novelas "El viaje interior, "La disciplina de la vanidad" y "Un lugar llamado Oreja de perro".


Publicado en

Moleskine Literario

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