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José Luis Sampedro, premio Nacional de las Letras Españolas

Publicado: 2011-11-30

José Luis Sampedro

José Luis Sampedro, conocido tanto como intelectual comprometido y como narrador (sobre todo por la famosa novela La sonrisa etrusca), ha ganado a sus 94 años el Premio Nacional de las Letras Españolas. La llamada avisándole del premio lo pescó en un auto entre Madrid y la Costa del Sol. El autor recibió a los periodistas en su casa. Así lo comenta Fernando Pérez para El País.

Dice la nota:

Ayer, pese a la improvisación del momento y las seis horas de viaje, Sampedro y Lucas recibieron a los periodistas con los brazos abiertos. “Están todos en su casa”, decía el galardonado con aire de sinceridad. Tras someterse entre bromas al “fusilamiento” de los reporteros gráficos, Sampedro afirmó que ha recibido el galardón con una mezcla de “estupor, asombro, emoción y gratitud”. “Hay mucha gente que me lee y me tiene cariño y que sé que se va a alegrar”. A renglón seguido añadió: “Nunca trabajé para premios, sino para expresarme”.

Durante la posguerra, más ancha y larga que la propia guerra, el joven Sampedro estudió Economía hasta convertirse en Catedrático de Estructura Económica. Si en el efímero y progresista Centro de Estudios e Investigaciones Sociólogicas tuvo como compañeros a José Luis Aranguren, José Antonio Maravall y José Vidal-Beneyto, en la Complutense tendría como alumnos a ministros de la futura democracia como Carlos Solchaga, Miguel Boyer, Pedro Solbes o Elena Salgado.

Él mismo fue asesor en el ministerio de Comercio al tiempo que, para ganarse un sobresueldo, escribía con pseudónimo obras de teatro para espectáculos de revista. En 1949, años antes de instalarse como profesor invitado en el Reino Unido, acudió a un encuentro de expertos en Suecia. De aquella experiencia surgió Congreso en Estocolmo, la tercera novela que escribía pero la primera que publicaba. Ahora se ríe cuando recuerda la gran pega que le puso un lector sueco por carta: en la novela sale una muchacha virgen a los 18 años: “Algo patológico”.

Más interesado por el lado social que financiero de la Economía y autor de ensayos especializados como Realidad económica y análisis estructuralConciencia del subdesarrollo o Inflación: una versión completa, José Luis Sampedro publicó en 1985 la novela que lo lanzó a la fama en el mundo de la literatura: La sonrisa etrusca. Cinco años después, con La vieja sirena, su nombre se escuchaba ya más asociado a las letras que a los números. Senador por designación real en 1977, solo la crisis provocada por la avaricia de los especuladores ha devuelto al profesor Sampedro a la arena política hasta convertirse en un referente moral para los indignados del 15-M. Desde ayer comparte con Rafael Sánchez Ferlosio, Rosa Chacel, Gabriel Celaya, Miguel Delibes o Ana María Matute el palmarés de un galardón dotado con 40.000 euros.

Sampedro consideraba ayer que el premio “se inserta en una vida cuyo objeto ha sido el aprendizaje” de su “propia vida”. “Como un árbol que se desarrolla a partir de una semilla”. Sentado en una butaca, a pocos metros de su “despacho” -una modesta mesa de tablero en escuadra- afirma: “Tenemos no solo el derecho a la vida, sino el deber de vivir esa vida, yo he tratado de averiguar quién era yo y hacerlo totalmente”. Sampedro, en su jovial lucidez, es consciente de que a sus años afronta la recta final: “Encaro la muerte con toda la serenidad. Mi mujer hace que mi moribundez sea muy satisfactoria”, bromeó el autor de La sonrisa etrusca.

Con el paso de los años, la sala de estar ha perdido su carácter impersonal de residencia de paso y se ha ido poblando con recuerdos de Sampedro y Olga Lucas, a la que el escritor no deja de prodigar gestos de cariño. “Yo sin ti no soy yo. Sin esta mujer yo ya me habría muerto hace años. Y eso no es literatura. Sin lo que hace por mí, y no solo en lo material, yo ya habría fallecido. Mi vida no sería la felicidad que es si no fuera por ella, y eso es puro testimonio notarial”.

En la estantería del recibidor hay una foto de Sampedro con la camiseta del No a la Guerra. Respecto al recorrido del movimiento de los indignados, del que ha sido una de las caras visibles, afirmó: “Estamos en un momento de cambio social profundo, que llegará quieran o no quieran”. A fe que Lucas, que se ha pasado la tarde colgada del teléfono atendiendo a amigos y a medios de comunicación, le cuida bien. “Te ha llamado Goizueta [su médico de cabecera]”, le recuerda, para que no haga excesos atendiendo a todo el que le requiere.


Escrito por

Iván Thays

Escritor peruano. Autor de las novelas "El viaje interior, "La disciplina de la vanidad" y "Un lugar llamado Oreja de perro".


Publicado en

Moleskine Literario

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