#ElPerúQueQueremos

El libro del verano

Publicado: 2011-07-31

Lectura de verano

En España están de vacaciones de verano y muchos dejan sus casas hacia lugares donde puedan aprovechar el sol, descansar, tumbarse en una toalla o un sofá y simplemente dedicarse a leer. Para quienes andamos en el mundo de los libros no es raro que por estas fechas (en Lima no es verano, pero son Fiestas Patrias y vacaciones, así que también hay muchos viajeros) nos llamen por teléfono a preguntarnos: “¿qué leo?”. Esa pregunta se la han hecho en El País a una serie de escritores. 

Aquí algunas de las recomendaciones:

Carlos Fuentes 

Siempre llevo historia y novela, un poco de todo. Pero este verano estoy dedicado a Giacomo Leopardi, debido a que uno de los cuentos de mi próximo libro, Carolina Grau, está dedicado a él. Así es que ahora, al releerlo, quiero ver si el cuento me ha gustado o me ha distanciado de él o si lo he traicionado o respetado o si hice bien en invocarlo. Es una especie de mea culpa retrospectiva, como todas, donde primero cometes el pecado y luego se pide perdón. Como estoy en Italia, estoy leyendo también un libro muy interesante: Roma, de Robert Hughes, que trata desde la fundación de la ciudad hasta Berlusconi. Es una gran historia de la ciudad, ¡espléndida!

John Banville

No tengo libros “para el verano”. Ahora mismo estoy leyendo Historical essays, de Hugh Trevor-Roper, principalmente por su soberbio uso de la prosa, y Orpheus: the song of life, de Ann Wroe, una luminosa “biografía” de Orfeo. También estoy en mitad de la lectura de Los griegos y la civilización griega, de Jacob Burckhardt, pero se me ha cruzado con The civilisation of the Renaissance in Italy, del mismo autor. Ambos libros son obras maestras, y voy a seguir leyéndomelas a la vez. Va a ser un verano muy placentero e instructivo.

Marcos Giralt Torrente

Mis veranos suelen ser de dos tipos: aquellos en los que escribo y aquellos en los que busco qué escribir. Cuando estoy escribiendo picoteo cosas que no me distraigan en exceso: misceláneas, diarios, libros de viajes, crónicas, cuentos… Textos que calmen mi ansiedad, pero me permitan regresar sin mucha carga al libro que tengo entre manos. Y cuando busco qué escribir, necesito dejarme llevar, sumergirme. Aprovecho para rendir cuentas, clásicos no leídos o novedades que dejé sin leer durante el invierno. Este verano, parece, será de estos. Me llevo Las vidas de Dubin, de Bernard Malamud;Memorias, de Arthur Koestler; Solar, de McEwan, Un sueño fugaz, de Ivan Thays; El adversario, de Emmanuel Carrère…

José Emilio Pacheco

Hago como si hubiera verano en México y me propongo leer o releer la serie Sergio Pitol traductor, organizada por Rodolfo Mendoza. Pitol es uno de los grandes traductores del idioma, a la altura de Ricardo Baeza y Mario Verdaguer. Como Borges y Cortázar, él se forjó en estas versiones que nunca dejaremos de agradecerle. Entre los clásicos recomiendo en especial El corazón de las tinieblas Otra vuelta de tuerca. Entre los descubrimientos (lo fue para mí), Las puertas del paraíso, de Jerzy Andrzejewski.

Cees Nooteboom

Estos días recorro Colombia. Viajando nunca leo un solo libro. Ahora son tres: 1. De Michael Jacobs, el fascinante Andes, un viaje salvaje y peligroso. 2. De Héctor Abad,El olvido que seremos, un homenaje a su padre, que fue asesinado en Medellín por los paramilitares. 3. Para las horas de silencio, Proust was a neuroscientist, de Jonah Lehrer, sobre Proust, Cézanne, Stravinski y otros que imaginaron con lo que la ciencia probó medio siglo después.

Sofi Oksanen

No tengo vacaciones de verano, por lo cual no tengo una lista de lecturas. Pero he aquí una serie de consejos para viajeros veraniegos: de Nicolai Lilin, ‘Siberian education’, para quien viaje por Rusia o Europa del Este. Jean Rhys siempre está bien si se quiere leer sobre mujeres desesperadas en busca del amor o para visitar París. Para viajar a Inglaterra hay que llevar algo de Hilary Mantel o Sarah Waters, y si es la campiña inglesa, Cumbres borrascosas. Quien vaya a los países nórdicos, que lea ‘One night stand’, de Rosa Liksom, o algo de Kari Hotakainen. Y si el destino es Nueva York, ‘Manhattan Transfer’, de Dos Passos. ¡Una obra de arte!

Colm Tóibín

Thomas Mann abarcó un enorme territorio. En el invierno en que fui a Lubeck, ciudad alemana donde nació, tuve la sensación de que en el servicio dominical de la hermosa iglesia luterana, la misma gente estaba cantando los mismos himnos que en aquellos años de 1880, cuando Mann estaba creciendo. En ‘Los Buddenbrooks’, su primera obra maestra, describía el declinar de su familia; en ‘Doctor Faustus’, su última obra genial, describía el declive de su país. Entre una y otra publicó obras como ‘Muerte en Venecia’ y sus diarios, por no hablar de sus seis fascinantes hijos. Tengo ante mí los dos volúmenes de sus relatos escogidos, todos plenos de una feroz energía erótica; esa misma energía con la cual me gustaría llenarme durante todo el verano y a ser posible también durante el invierno.

Chuck Palahniuk

Me voy a leer la novela ‘El diablo todo el tiempo’, de Donald Ray Pollock. Es que me encantó su primera colección de historias Knockemstiff. Si vuelvo a releer algo será posiblemente ‘Millas desde ninguna parte’, de Nami Mun. En verano, en general, soy adicto a los cuentos. ¿Quién puede concentrarse durante más de cuarenta y cinco minutos? Ahora que soy una persona de mediana edad, por fin entiendo las historias de John Cheever, y esta primavera me las he leído todas.


Escrito por

Iván Thays

Escritor peruano. Autor de las novelas "El viaje interior, "La disciplina de la vanidad" y "Un lugar llamado Oreja de perro".


Publicado en

Moleskine Literario

Blog de noticias literarias y talleres on-line de escritura para escritores y ejecutivos.