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Parecía eterno, murió Sábato

Publicado: 2011-04-30

Ernesto Sábato

Ernesto Sábato ha muerto a los 99 años en su casa de Santos Lugares. Con su muerte, se cierra un capítulo más de la historia del Boom. Queda como deber la relectura de El túnel, una de las novelas breves más influyentes de la literatura latinoamericana; Sobre héroes y tumbas, donde aparece la inolvidable Alejandra Vidal; y Abaddon el exterminador, un libro irregular pero con una pequeña obra maestra, la carta Oscuro y remoto muchacho. También es un pendiente leer sus artículos, reunidos en ensayos como El escritor y sus fantasmas, y esa curiosa, amable pero peliaguda conversación con Jorge Luis Borges hecha libro.

Los años finales, luego de su papel protagónico en la revisión de los crímenes de la dictadura argentina, fueron más bien apocalípticos en cuanto a su escritura (su libro final, Antes del fin, es una muestra de ello), y vivió su retiro en Santos Lugares dedicado a la acuarela y la música clásica, que escuchó hasta los últimos minutos de su vida.

Se vienen, sin duda, homenajes y evaluaciones de su obra. Podemos prever que, aunque la figura de Sábato ya no era tan trascendente para las nuevas generaciones como lo fue para la mía, su muerte servirá para prestar atención a un personaje que parecía eterno. 

Dice la nota en Clarín:

La literatura argentina despide a uno de sus íconos populares. El escritor Ernesto Sábado murió esta madrugada a los 99 años en su casa de Santos Lugares. Autor de “El túnel”, “Sobre héroes y tumbas” y “Abaddón el exterminador”, entre otras obras, también fue uno de los rostros emblemáticos del regreso democrático, al encabezar la Conadep.

El fallecimiento fue confirmado por su colaboradora, Elvira González Fraga. “Hace quince días tuvo una bronquitis”, contó en diálogo con Radio Mitre. “Estaba sufriendo hace tiempo, pero todavía pasaba algunos momentos buenos, principalmente cuando escuchaba música”, le contó al canal de cable Todo Noticias.

Según informaron allegados, el velatorio se realizará a partir de las 17 en el club Defensores de Santos Lugares. Allí, Sabato disfrutaba por las mañanas de encendidas partidas de dominó.

Testigo y paradigma de su tiempo, la figura de Sabato adquirió una dimensión diferente luego de la dictadura militar con su labor al frente de la Conadep (Comisión Nacional de Desaparición de Personas). 

Lejos de asumir un rol incontrastable, el autor de la trilogía de novelas “El Túnel” (1948), “Sobre héroes y tumbas” (1961) y “Abbadón el exterminador” (1974) fue un escritor y un ser humano polémico, cruzado por sus propias contradicciones, presentes en algunos de sus personajes literarios.

“Nunca me he considerado un escritor profesional, de los que publican una novela al año. Por el contrario, a menudo, en la tarde quemaba lo que había escrito a la mañana”, declaró una y otra vez para referirse a esa obra que marcó las generaciones del 60 y 70 y se desdibujó cuando sus ojos comenzaron a fallar, para ser reemplazada por la pintura

Sus escritos finales, que incluyen memorias y crónicas de la vejez, constituyen su postrera despedida con la escritura, más allá de algún destello vital como la conmovedora confesión de amor a su colaboradora Elvira Fernández Fraga, hoy al frente de la fundación que lleva su nombre.

Su figura recobró fuerza como portavoz de valores añorados por una sociedad atravesada primero por la dictadura militar y luego por el neoliberalismo de los 90. Su mensaje se concentró en los jóvenes: “Sólo quienes sean capaces de encarnar la utopía -dijo- serán aptos para el combate decisivo, el de recuperar cuanto de humanidad hayamos perdido”. 

Sabato había nacido el 24 de junio de 1911 en la ciudad bonaerense de Rojas. Iba a ser homenajeado mañana en la Feria del Libro por el Instituto Cultural de la provincia de Buenos Aires, ya que este año iba a cumplir 100 años.

Durante su larga trayectoria, por solicitud del entonces presidente Raúl Alfonsín presidió entre 1983 y 1984 la CONADEP (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas), cuya investigación, plasmada en el libro Nunca Más, abrió las puertas para el juicio a las juntas militares.

Sabato en 1984 recibió el premio Miguel de Cervantes, máximo galardón literario concedido a los escritores de habla hispana, por lo cual fue el segundo escritor argentino en recibir este premio, luego de Jorge Luis Borges en 1979.

En 1975, Sabato obtuvo el premio de Consagración Nacional de la Argentina y un año más tarde se le concedió el premio a la Mejor Novela Extranjera en Francia, por Abaddón el exterminador.

Luego, en 1977 Italia le otorgó el premio Medici y al año siguiente le otorgaron la Gran Cruz al mérito civil en España, y en 1979 fue distinguido en Francia como Comandante de la Legión de Honor. 


Escrito por

Iván Thays

Escritor peruano. Autor de las novelas "El viaje interior, "La disciplina de la vanidad" y "Un lugar llamado Oreja de perro".


Publicado en

Moleskine Literario

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