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César Aira reseñado

Publicado: 2010-11-13

carátula del libro

” (…) otra invitación al costado impredecible de la vida” Así califica Ernesto Ayala-Dip a El error, la nueva novela de César Aira que ya llegó a España. La edita Mondadori. ¿Leer o no leer a Aira otra vez? Esa es mi disyuntiva desde hace varios años. Mmmm… pero yo creo que paso esta vez, una vez más. 

Para los que sí se animan, dice la Reseña en El País:

La literatura como acto radical de fingimiento. Esto enseña siempre Aira, tal vez tras los pasos de Borges. Precisamente una palabra muy borgiana es el laberinto. Un concepto. Pues bien, en El error alguien, el narrador, entra en un laberinto de historias hasta desembocar en su comienzo, pero ya sin su propia identidad. Destruido (u olvidado), el sujeto de la historia que se nos contaba se ha diluido en otras historias que ya nada tienen que ver ni con su voz ni con su existencia. Se ha impuesto la narración, la peripecia, distintos dramas, épicas, zozobras. La ficción pura. Empecemos por el principio, por definir un punto del que no estamos muy seguros que exista en esta novela. Un hombre (el narrador) y una mujer entran en el jardín de un escultor. Sabemos luego que dicho escultor mantiene una relación epistolar con una mujer que está presa (y condenada a cadena perpetua) por haber cometido un homicidio. Esta mujer nos conduce luego al mundo editorial. O a un mundo editorial muy sui géneris. De aquí saltamos a un relato épico en torno a la figura de un bandolero. A estas alturas el narrador primigenio ya está desaparecido. Y todo termina con Pepe Dueñas, el bandido legendario, y su mujer, Neblinosa. O mejor dicho, termina con el escultor del principio de la novela.

El error es una novela. Y la vez su alegoría. Tiene un mecanismo para que la novela funcione y a la vez es el mecanismo mismo de la ficción al desnudo. El humor, como en toda la literatura de Aira, juega en esta novela la función de contrapunto. El bandolero, Neblinosa, la presa que se cartea con el escultor, están descritos siempre al filo de la sonrisa inevitable. Pero la tristeza y la soledad y la incertidumbre que los afligen forman parte de su destino. Y este destino, Aira lo resuelve magistralmente con la descripción de una pesadumbre distantemente irónica. Y con algo de la impronta del maestro Macedonio Fernández. Al final, hemos disfrutado con una de las caras de la ficción, que como la vida tiene varias e ignotas. Nos enseña César Aira que la verdadera vida no está en otra parte. Está en la parte que miramos. Pero no vemos. Y en la vida que vivimos. O nos cuentan.


Escrito por

Iván Thays

Escritor peruano. Autor de las novelas "El viaje interior, "La disciplina de la vanidad" y "Un lugar llamado Oreja de perro".


Publicado en

Moleskine Literario

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